Esta semana se cumplieron 164 años del nacimiento de Vincent
Van Gogh y quería aprovechar la fecha para presentarles un libro maravilloso: Cartas a Theo.
Vincent Van Gogh nació el 30 de marzo de 1853 en la
localidad holandesa de Groot-Zunder. Y a pesar de que hoy en día sus pinturas
están valuadas en millones de dólares, solo pudo vender una en toda su vida,
muriendo en la más oscura pobreza. Si logró sobrevivir fue gracias a la ayuda
de su hermano Theo, quien le enviaba dinero casi mensualmente y le compraba los
lienzos, pinceles y pinturas para que pudiera pintar.
Como Vincent dedicaba casi todas las horas del día a
perfeccionar su técnica y, además, no era muy estable emocional y
psíquicamente, muy pocas veces tuvo un empleo a partir del cual pudiese mantenerse.
Por otra parte, se mudaba muy seguido, para poder pintar distintos paisajes o
por tener problemas con vecinos, propietarios, etc.
Como se imaginarán, la vida de Vincent Van Gogh fue
sumamente interesante y en Cartas a Theo
parece que leyéramos una biografía, pero escrita por la mano del artista. El
material está organizado de tal manera que se puede seguir su vida diaria, sus
penas, sus esfuerzos, sus sacrificios y sus logros, cronológicamente, casi como
si estuviera novelado.
Por eso quería recomendarles hoy este libro, porque creo que poder entrar de esta manera en la vida privada y
cotidiana de uno de los pintores más talentosos de todos los tiempos es un privilegio que debemos aprovechar y no dejar pasar la oportunidad de leer
las 400 cartas que contiene esta compilación (en total, las cartas que Vincent
le escribió a su hermano son más de 650).
En sus cartas Vincent Van Gogh escribe, desde 1872 en adelante, reflexiones sobre la
vida, la pintura, la religión y hasta lo que siente al ser prácticamente mantenido
por su hermano, quien es el receptor de estas cartas. También se puede leer lo
que él va aprendiendo y conociendo en sus viajes, la experiencia vivida en las minas de Borinage y sus intentos por entrar en la Academia. Otro tema que sale a la luz es la relación con su padre y los conflictos
familiares, que no fueron pocos. La forma de vida de Vincent no les parecía la adecuada y su padre llegó a echarlo de la casa familiar en varias
ocasiones.
No voy a negar que es un libro que nos deja un sabor amargo
o, por lo menos, nos hace reflexionar sobre lo injusta que puede ser la vida y
la sociedad a veces, y lo incomprendido que puede sentirse un genio, cuando
está tan adelantado a su tiempo. Pero insisto en que vale la pena hundirse en
estas cartas y acompañar al pintor en cada una de sus aventuras.
Espero sus comentarios: ¿conocían la existencia de este libro? ¿Lo leyeron o les interesa leerlo? ¿Leyeron algún otro libro de cartas? A mí me encantan, como las biografías y los diarios íntimos. ¿Alguno para recomendarme? ¡Qué tengan un hermoso fin de semana y buenas lecturas!