Una suerte pequeña es el último libro de la escritora argentina Claudia Piñeiro. |
“La barrera estaba
baja. Frenó, detrás de otros dos autos. La campana de alerta interrumpía el
silencio de la tarde. Una luz roja titilaba sobre la señal ferroviaria. Barrera
baja, alerta y luz roja anunciaban que un tren llegaría. Sin embargo, el tren
no llegaba. Dos, cinco, ocho minutos y ningún tren aparecía. El primer auto
esquivó la barrera y pasó. El siguiente avanzó y tomó su lugar”.
Así comienza Una
suerte pequeña, el último libro de la escritora, dramaturga y guionista argentina Claudia Piñeiro -publicado en 2015-,
quien nació en el Gran Buenos Aires, en 1960.
Algunos de sus libros han sido llevados al cine, como por
ejemplo, Las viudas de los jueves, Betibú y Tuya, con gran éxito. Al igual que Una suerte pequeña, son libros que se recorren fácilmente, donde la
lectura fluye y el lector se deja llevar por los hechos, pero al mismo tiempo
siente la necesidad de participar de alguna manera, de reflexionar y, sobre todo,
de ponerse en el lugar del otro.
Decidí hacer esta reseña porque he leído la mayoría de los
libros de la autora y los recomendaría a todos, no solo porque la trama tiene
siempre una cuota de suspenso que mantiene al lector entretenido y buscando
saber en cada página un poco más, sino porque las problemáticas que trata son
las que en mayor o menor medida nos preocupan a todos o nos han tocado de
cerca.
En Una suerte pequeña
la protagonista, Mary Lohan (o Marilé Lauría o María Elena Pujol) es una mujer
argentina, que rehízo su vida en Estados Unidos, y que vuelve al país después
de veinte años, obligada por las circunstancias, tratando de evitar un pasado
colmado de dolor que le sale al encuentro de manera contundente.
Al recorrer las páginas el lector empieza a unir las piezas
y a comprender: un accidente, un muerto, una mujer desesperada y la sociedad
que juzga y señala. Ese es el pasado. Pero ahora, nuevamente en Temperley, en el
colegio Saint Peter, para Mary Lohan puede ser también parte de su futuro: puede
recuperar de alguna manera el tiempo perdido, puede explicarse. O puede volverse a Boston y
seguir con su vida.
Una suerte pequeña
es un libro muy interesante porque está narrado de tal manera que el lector
acompaña a la protagonista en todo el proceso de revivir una desgracia y
hacerle frente al resultado de sus decisiones, poniendo de relieve que los límites entre qué se puede
evitar y qué no, quién es culpable y quién inocente, quién se sacrifica y quién
abandona, ya no son tan claros.